LOS PECADOS
Corre el leñador mientras vomita la sangre negra de su terror.
Detrás de el lo persiguen sus pecados, que se transformaron en demonios rojos de uñas largas con dientes amarillos y sonrisas de muerte.
Pecados de muerte, de asesinatos que un buen día decidieron cobrar su pecadora alma.
El bosque se suma en las tinieblas los gritos ahogados del condenado que es atrapado y torturado.
Su estomago es abierto en ese sol descarnado.
Su interior es comido mientras los seres le miran con risas de estar disfrutando en su muerte lenta.
Los lugareños cierran sus puertas, que esos pecados se lleven al pecador pero no pueden ver el infierno de esa muerte.
FIN.
0 comentarios